Visionaria
empresaria chilena que se radicó en Lota y que es considerada como una de las
pioneras en Responsabilidad Social Empresarial, por todo lo que hizo por la
zona donde vivió gran parte de su vida.
Isidora nació en 1836, hija de Ramón Ignacio Goyenechea de la Sierra y de María de la Luz Gallo Zavala. Su madre, tras enviudar, contrajo matrimonio en 1841 con Matías Cousiño, socio del difunto esposo, quien compró el yacimiento carbonífero de Lota, por lo que toda la familia se instaló en esa ciudad.
En su niñez se crió con su hermano Eleuterio y con Luis Cousiño, hijo del primer matrimonio de su padrastro. Más grandes, ambos se enamoraron y se casaron en 1855. De esa unión nacieron siete hijos: Alfredo (fallecido a corta edad), Luis Alberto, Carlos Roberto, Luis Arturo, Adriana, Loreto y María Luz, consignó el paper Isidora Goyenechea, emprendedora del Siglo XIX: Pionera en Chile en Responsabilidad Social Empresarial.
Su padrastro murió ocho años más tarde, y Luis tuvo que hacerse cargo de la industria del carbón de Lota. Fue así como Isidora se fue involucrando poco a poco en los negocios de la familia, desde muy joven. De hecho, en este periodo, de acuerdo a la investigación La familia Cousiño-Goyenechea, 1810-1940: auge y caída de un negocio familiar chileno, Isidora comenzó la construcción del Palacio Cousiño de Lota y de su jardín.
Muerte de su esposo y control total del negocio familiar
En
1873, Luis Cousiño falleció e Isidora se hizo cargo de todo el imperio
económico de la familia. En el documento citado anteriormente, se señalan
afirmaciones de varios escritores e historiadores de la época, quienes aseguran
que la riqueza de Isidora en ese tiempo era una de las más importantes del
mundo. “Un observador contemporáneo (Secretario de los Estados Unidos de la
Comisión de Comercio de América Latina) escribió que ‘hay pocos hombres o
mujeres en el mundo más ricos que ella. Su dinero no tiene fin” (William Elerey
Curtis, 1888, pág. 487)”.
Dentro de sus funciones, asumió la dirección de la Compañía Explotadora de Lota y Coronel, y durante la Guerra del Pacífico, vigiló muy de cerca la producción de carbón, para corroborar que no disminuyera y así asegurar la cantidad necesaria de combustible para los navíos chilenos en combate. Incluso puso a disposición del Estado chileno el vapor Matías Cousiño, el más importante de su flota.
Curtis también describió el alcance de su patrimonio. “Dueña de millones de hectáreas de terrenos, millones de pesos en metálico, centenares de miles de cabezas de ganado, minas de carbón, cobre y plata, palacios, señora de toda una población (la de Lota, donde radican sus propiedades mineras y donde prefiere residir para atender a sus negocios), una escuadra de vapores, un ferrocarril, fundiciones, etc. Posee además varias mansiones regias; entre ellas, una en Macul, al pie de la cual tiene viñedos, que surten de vino a buena parte de Chile. Diez o doce intendentes administran sus negocios, y les exige cuenta estrecha de todos los gastos o ingresos. Aunque fastuosa en su modo de vivir, es inexorable en cuestión de negocios”, advertía.
Emprendedora no era, porque doña Isidora nació en cuna de oro. Pero mientras que muchas mujeres de la época se quedaban felices bordando y tocando el piano como señoras de bien, Goyenechea heredó una fortuna -fue una de las mujeres más ricas del mundo a mediados del siglo XIX-, enviudó, y en vez de dedicarse al hogar se convirtió en una de las primeras empresarias en Chile, con una visión innovadora de los negocios.
Vamos por parte: Isidora era hija de María de la Luz Gallo, quien al enviudar de don Ramón Goyenechea, se casó con su socio, Matías Cousiño. Isidora se casó a su vez con el hijo del primer matrimonio de este, Luis Cousiño (la clase alta chilena y sus enjambres). Cuando murió
don
Matías, Luis se hizo cargo de la fortuna familiar, e Isidora se adentró en los
negocios de su marido. Partió con la construcción del Parque Cousiño de Lota,
ya que la familia tenía las minas de carbón del lugar. En 1873 Isidora queda
viuda, y termina por liderar las empresas, incluyendo las minas de Lota y
Coronel, que siguieron entregando
suministros durante la Guerra del Pacífico ante el liderazgo de la
empresaria. En Lota, Goyenechea se preocupó de pavimentar calles y de que las
casas de obreros tuvieran implementaciones como artesas de lavado, además de
fundar el hogar Pequeño Cottolengo para huérfanos; por lo que se considera es
una de las pioneras de la Responsabilidad Social Empresaria. En otros rubros
también puso lo suyo: hay historiadores que dicen que fue de las primeras en
introducir el salmón a Chile, aunque con experimentos fracasados.
Entre medio de todo esto, instaló la primera planta hidroeléctrica de Sudamérica, la central Chivilingo, en 1897. Y también creó, junto a Luis, la viña Cousiño Macul, la más antigua de nuestro país, importando cepas como Cabernet Sauvignon y Merlot, por lo cual nos declaramos hoy, eternamente agradecidas.
Responsabilidad Social Empresarial
Además
de su impecable habilidad para los negocios, Goyenechea también tenía una potente
sensibilidad social por su comunidad local. En Lota instruyó la construcción de
viviendas para los obreros; fue la responsable de que se pavimentaran calles de
barrios populares; fundó el Hogar del Pequeño Cottolengo, para acoger a niños
huérfanos, y la casa de la Gota de Leche, para combatir la desnutrición y alta
tasa de mortalidad infantil de la época, según señala el sitio web de
Monumentos Nacionales de Chile. Allí se proveía diariamente de un litro de
leche a cada menor que lo necesitaba. Asimismo construyó el hospital de la
empresa y levantó la Iglesia de Lota Alto.
Otra de sus grandes obras, fue la financiación e instalación de la primera planta hidroeléctrica de Sudamérica, encargada a Thomas Alva Edison, y conocida como la “central de Chivilingo”, inaugurada en el verano de 1897. Esto permitió que Lota tuviera electricidad y fuera considerada como una de las ciudades más avanzadas del país, según describe el blog La ciudad de los mineros.
Muerte y herencia
Isidora
falleció al año siguiente (1898) en su residencia de París, donde viajaba
constantemente, pues allí también se educaron sus hijos.
Sus restos fueron repatriados a Chile y parte de su herencia se destinó a obras sociales y de caridad, como la construcción de iglesias en Lota, hospitales, escuelas, y un asilo para mineros discapacitados. Cabe señalar que durante sus funerales fue homenajeada por mineros lotinos.
Entre las propiedades de la familia Cousiño-Goyenechea, además de las de Lota, figuran el actual Palacio Cousiño en la región Metropolitana; el actual Parque O’Higgins; tierras en el sector que hoy se conoce como barrio El Golf, he ahí que una avenida de esa zona lleve su nombre; haciendas en Cousiño Macul de Santiago y El Marco de Melipilla; y otras propiedades urbanas en Valparaíso
Fuentes:
https://www.pagina7.cl/noticias/sociedad/2019/08/03/isidora-goyenechea-la-chilena-que-alguna-vez-fue-considerada-la-mujer-mas-adinerada-del-mundo
https://mujeresbacanas.com/isidora-goyenecha-1836-1897-emprendedora-no/